lunes, 9 de noviembre de 2015
Todos los niños pueden acceder a producir mejores textos, siempre y cuando se constituya un contexto didáctico cuyo eje gire alrededor de intervenciones acertadas del docente, tanto en el planteo de situaciones a trabajar como las herramientas que brindan a los alumnos para desarmar y rearmar los textos que se están produciendo.
Cuando los niños asumen la responsabilidad de escribir directamente, intentan avanzar en la comprensión del sistema alfabético (qué letras poner “para que diga”, cuántas, en qué orden) y también del estilo del lenguaje escrito (cómo se escribe si es una poesía, cuento, una carta o una noticia). Toman el lápiz, se enfrentan con una página en blanco para llenar. Las lecturas que han realizado les sirven como modelos para su propia
escritura.
Varias son las opciones de producción que se presentan como desafíos para recrear las poesías y los caligramas.
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